Tened siempre caridad, pues ella es madre de todas las virtudes
A todos los Hermanos y Colaboradores,miembros de la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios
Deseo enviaros mi felicitación con motivo de la fiesta de San Juan de Dios, nuestro Fundador, invitándoos a que todos preparemos y celebremos con alegría la solemnidad de nuestro patrono el ocho de marzo.
Juan de Dios fue sobre todo un santo, un hombre de Dios, con una profunda espiritualidad que irradió y testimonió en su vida, especialmente a partir de su conversión, dedicándose por entero a los enfermos y a los pobres por amor a Dios. Lo que sabemos, lo conocemos sobre todo por su biógrafo Francisco de Castro y por muchos testigos que lo conocieron, vieron lo que hacía u oyeron hablar de él. Además, tenemos cinco cartas preciosas, sus únicos escritos que conservamos, que manifiestan y expresan su pensamiento, su espiritualidad evangélica hospitalaria y su vida apasionada por Dios y entregada sin límites a las personas frágiles y más necesitadas.
En todas sus cartas encontramos un pozo inmeso de sabiduría evangélica. En esta ocasión quisiera recomendaros a todos leer y meditar la tercera carta a la Duquesa de Sesa, la última que escribió, seguramente cercana a sus últimos días. En el contexto religioso de su época y con el lenguaje de aquel tiempo, San Juan de Dios escribe a la Duquesa y a todos nosotros, un verdadero tratado de espiritualidad, de vida cristiana y en definitiva de santidad, que se construye en el día a día. Al final, con una gran clarividencia hace una síntesis perfecta: sobre todo, tened siempre caridad, pues ella es madre de todas las virtudes.
Una síntesis en línea con la de San Pablo hablando del amor en la primera carta a los Corintios: “Ahora permanecen la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres: pero la mayor de ellas es la caridad”. (13,13). En línea con San Agustín, cuya Regla fue adscrita a nuestra Orden, cuando dice: “Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor. Si tienes el amor arraigado en ti, ninguna otra cosa sino amor serán tus frutos”. (Homilía VII, párrafo 8). En línea con Benedicto XVI en su encíclica Deus caritas est: “Fe, esperanza y caridad están unidas...El amor es una luz –en el fondo la única- que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar. El amor es posible, y nosotros podemos ponerlo en práctica porque hemos sido creados a imagen de Dios”. (39)
San Juan de Dios lo había expresado anteriormente, con otras palabras, en su carta a Luis Bautista con esa frase conocida por todos nosotros: “Tened siempre caridad, porque donde no hay caridad no hay Dios, aunque Dios en todo lugar está” (15). Y es que desde su experiencia conoció y vivió a Dios como amor, siendo un icono genial del buen samaritano y testimoniando con su vida las entrañas de misericordia de Dios con los hombres, especialmente con los pobres y enfermos.
La fuente inagotable de la caridad y el amor de Dios es de la que nos invita San Juan de Dios a beber cada día para vivir nuestra vocación hospitalaria, a los hermanos y a quienes formamos la Familia Hospitalaria. Hacerlo todo desde la caridad, buscando el bien de todos, teniendo un corazón sensible a las necesidades de los demás, practicando la hospitalidad con los más necesitados.
Renovemos cada día el amor que Dios nos regala, para ofrecerlo a los demás, en cualquier situación en la que nos encontremos. La Orden cuenta con muchas Obras Apostólicas en todo el mundo. Más allá del número, lo importante es que en todas ellas cuidemos para que nuestra misión se realice con caridad, con amor, con hospitalidad. Para ello, todos debemos seguir la inspiración de nuestro Fundador, cuidando y actuando siempre con caridad, porque donde no hay caridad parece que no hay Dios.
Este es el fundamento de nuestra vocación, de nuestra misión y de nuestro proyecto de hospitalidad, al que todos somos llamados. Hágamoslo vida cada día y el futuro de la hospitalidad seguirá siempre vivo, porque el mundo y la Iglesia no pueden subsistir sin ella, sin la caridad samaritana que San Juan de Dios vivió y cuyo legado todos nosotros hemos recibido.
Como siempre en estas fechas deseo informar a toda nuestra Familia Hospitalaria de San Juan de Dios del resultado de la campaña del año 2019 para ayudar a las Casas de Venezuela en el proyecto “Comida Solidaria Compartida” para dar de comer a muchas personas que pasan necesidad en Caracas y Maracaibo. Es una campaña que se inició con algunas aportaciones de las Provincias en el último Capítulo General y que extendimos a todo el año 2019. El total lo recibido ha sido de 307.423,34 euros, fruto de la generosidad y solidaridad de todos, por lo que una vez más les doy mi más sincero agradecimiento. En breve daremos más información del desarrollo de esta campaña.
Les comunico que la campaña del presente año 2020 estará dirigida a un proyecto de la Casa de Velloor (India) “Construcción de una estructura para un programa de detección precoz e intervención temprana en niños diversamente hábiles”. Próximamente les enviaremos la información necesaria. De nuevo les agradezco su generosidad y les pido que apoyen esta causa, con el fin de seguir fortaleciendo el servicio a las personas diversamente hábiles, en especial a los más pequeños.
Que la invitación de San Juan de Dios a tener siempre caridad nos estimule a crecer en el servicio de los más débiles y vulnerables de nuestra sociedad, haciendo presente en nuestro mundo el amor de Dios según el estilo de San Juan de Dios.
Unidos en el Señor y en San Juan de Dios, recibid un abrazo fraterno
Hno. Jesús Etayo
Superior General