Stefan Reinnisch

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Colaborador

Alemania

Stefan Reinnisch

 

Son muchas las experiencias de hospitalidad que he vivido y que sigo viviendo en mi actividad cotidiana con personas discapacitadas y en mi relación con mis compañeros de trabajo. Para mí la hospitalidad significa ante todo dedicarse al prójimo ofreciéndole el espacio y el tiempo necesarios. En una ocasión animé, junto a dos compañeros de trabajo, una jornada de meditación en el centro de formación del monasterio de Windberg. Durante esa jornada, un grupo de discapacitados y de operadores del centro de Straubing hicieron un viaje espiritual para experimentar juntos qué significa vivir en comunión. Para empezar, cada participante tuvo la posibilidad de representar con imágenes y música lo que significaba para él vivir un bonito día. La segunda fase consistió en sentir y vivir la naturaleza que nos rodeaba. Recogimos piedras, plantas y maderas componiendo así una decoración natural. Por la tarde profundizamos la Biblia transformando el relato de las bodas de Caná en una representación escénica. La parábola se relató con un lenguaje accesible para todos y empleando varios materiales y decorados. Cada participante tuvo la posibilidad de contribuir a la puesta en escena con sus capacidades. Además, durante el día, pudimos cantar, leer y rezar juntos. Al final cada participante regaló a otro participante una tarjeta personalizada. La jornada estuvo animada por huéspedes discapacitados y por operadores de nuestro centro. Esto permitió a unos y a otros percibirse con un nuevo enfoque, moverse en un ambiente agradable y dar vida a la jornada. Para mí fue un día de hospitalidad vivido intensamente.  

 

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