Me llamo Martino y, al escribir este testimonio, soy postulante y estoy en el proceso de discernimiento de mi vocación en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

Cuando oí hablar de la Orden y del estilo de vida de los Hermanos, ya tenía mi licenciatura universitaria y estaba trabajando para una empresa comercial. Me puse en contacto con los Hermanos para aprender algo más sobre el espíritu de San Juan de Dios. Después de algunos días de aprendizaje y oración, sentí que me había tocado la misericordia de Dios, invitándome a seguir a San Juan de Dios.

Mi esperanza es la de poder llevar adelante mi formación, con la ayuda del Espíritu Santo, para unirme a los Hermanos en el cuidado de los pacientes. Sé que estoy en el principio de un largo recorrido, pero el camino que tengo por delante está claro. Los postulantes de la Orden deben familiarizarse con la vida del fundador, San Juan de Dios. Hermanos y Colaboradores encontramos en la vida de nuestro fundador todos los ánimos que necesitamos para ponernos al servicio del prójimo en la Vocación Hospitalaria. Vemos en la vida de San Juan de Dios que él sentía que Dios le llamaba, pero no conseguía ver qué era lo que le pedía Dios. Pasó mucho tiempo viajando, trabajando y orando antes de que le resultara clara su vocación.

Yo debo ser tan paciente como lo fue Juan de Dios en este proceso de discernimiento que estoy viviendo.