Me llamo Peter. Desde 1975, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios tiene una comunidad en Gia Kiem (a unos 40 km de su casa principal de Tan Bien).

En Gia Kiem, la Orden tiene un centro de salud en la aldea y atiende a un buen número de pacientes externos en su consultorio. Aunque yo vivía en el área de Gia Kiem, no sabía que la Orden tenía una presencia ahí. Luego, algunos amigos me presentaron a un Hermano de la Orden de San Juan de Dios.

El día en que los Hermanos me recibieron para que pasara un tiempo con ellos para aprender más acerca de su vida y trabajo, acompañé a algunos de ellos a recoger plantas y hierbas medicinales. En su cuidado y tratamiento de los pacientes, los Hermanos utilizan las técnicas de la medicina tradicional, como la acupuntura, los puntos de presión y las hierbas. Desde que entré en la Orden, yo también he aprendido a atender y servir a los pacientes según el espíritu de San Juan de Dios. Él solía decir muchas cosas santas a sus seguidores, pero la frase que prefiero entre las que se le atribuyen es la siguiente: "Si mirásemos cuán grande es la misericordia de Dios, nunca dejaríamos de hacer el bien mientras pudiésemos; pues que dando nosotros, por su amor, a los pobres lo que Él propio nos da y nos promete ciento por uno en la bienaventuranza. ¡O bienaventurado logro y usura!"